La empresa internacional Schlumberger Offshore Services, especializada en tecnología de perforación, envió una carta a los alcaldes de la Huasteca Potosina informando que la Secretaria de la Defensa Nacional les autorizaba el uso de 190.000 kilos de explosivos para realizar explosiones en la zona a petición de las empresas petroleras. 

La Huasteca Potosina es uno de los pulmones de México. La región abarca una extensión de más de 10.000 kilómetros cuadrados en el estado de San Luis Potosí. Ahora, el gobierno está tratando de sacarle las últimas gotas de petróleo mediante una técnica altamente contaminante y que afectaría directamente a las poblaciones indígenas, el fracking. 

Esta técnica de extracción de petróleo mediante la fractura de la roca requiere grandes cantidades de agua y químicos para llevarse a cabo. Un precio que hipotecaría de por vida a más de 370.000 indígenas que habitan el territorio. 

Desde los años ochenta, el gobierno mexicano ha ido preparando el terreno para sacarle a la Huasteca sus últimas gotas de petróleo. Mapas de las reservas de petróleo en la zona, cambios en la constitución para la entrada de capital privado, una reforma energética y finalmente la autorización para dinamitar la zona son indicios claros que han hecho que las comunidades se movilicen para proteger sus derechos más básicos: el derecho a la tierra, al agua y a la vida. 

En todo México operan más de 2.500 pozos que extraen hidrocarburos usando esta técnica y que acaban convertidos, en gran medida, en plásticos.